Boca-River

-Bueno, niños, -dijo el maestro Juan Román, de la escuela del barrio de La Boca-vamos a hacer una redacción cuyo tema es Boca-River.
 La propuesta del trabajo es la objetividad, sin partidismos, favoritismos o simpatías. Ustedes tienen que escribir sobre el evento, la fiesta del futbol, pero no sobre el partido, los resultados o el juego en sí mismo ¿se entiende? Tienen que tratar de transmitirme esos sentimientos que se reaniman en un clásico partido de futbol: lo que siente la mitad más uno, el entorno de la cancha que hace de escenario, ya sea la “bombonera” con su Museo de la Pasión, con los miles de turistas que arriban y que continúan su visita por un barrio, por una República de la Boca de inmigrantes italianos que arribaron para afincarse en la zona del primer puerto de Buenos Aires sobre el Riachuelo, a trabajar en barcos, hablando genovés, pintando sus casas colorinches con el sobrante de las pinturas para los navíos, o creando los primeros cuerpos de bomberos debido a los incendios en sus frágiles casitas de madera, las que luego pintara Don Benito Quinquela Martín fundando una corriente de pintores que marcarían a la plástica argentina. O bien hablar de los primeros anarquistas de la que fue cuna, de las comparsas que dio a luz, continuando una tradición teatrera y titiritera que aún conserva el barrio de la ribera. Y ni hablar de nuestras costumbres de comer pastas, de la pizza, del fainá… ¿se entiende?...o bien pueden elegir hablar de Nuñez, un barrio híbrido que ningún turista visitaría; de ricos y famosos, y un estadio gigante, grande para que juegue un equipo que estuvo en  la Primera “B”; un estadio pensado para traer bandas como los Rollings. En síntesis, lo único que quiero es que sean objetivos, y me describan el sentido festivo de un Boca-River. Niños, ¡A trabajar!

Publicado en Argentina y España.

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